lunes, 2 de septiembre de 2013

El Cuauhtémoc de Reforma e Insurgentes

La historia de la escultura de Cuauhtémoc, último “huey tlatoani” mexica que actualmente se localiza a unos metros de la Glorieta de Reforma a Insurgentes, sobre Paseo de la Reforma en la Colonia Juárez; inició tras la convocatoria para la presentación del proyecto de dicho monumento el 23 de agosto de 1877 cuando era presidente Porfirio Díaz y secretario de estado Vicente Riva Palacio, la cual decía:
“el Presidente de la República, deseando embellecer el Paseo de la Reforma con monumentos dignos de la cultura de esta ciudad, y cuya vista recuerde a la posteridad el heroísmo con que la nación ha luchado contra la conquista en el siglo XVI, y por la Independencia y por la Reforma en el presente, ha dispuesto que en la glorieta situada en el Oeste de la que ocupa la estatua de Colón, se erija un monumento votivo a Cuauhtémoc y a los demás caudillos que en su época se distinguieron por la defensa de la patria; en la siguiente glorieta, otro monumento a Hidalgo y demás héroes de la Independencia, y en la inmediata, otro a Juárez y demás caudillos de la Reforma y de la segunda Independencia”.

El proyecto ganador del monumento para glorificar el valor de Cuauhtémoc como guerreo, fue un proyecto del ingeniero Francisco Jiménez, quien se inspiró en detalles de la arquitectura prehispánica de México, como las antiguas construcciones de UxmalMitla y la zona arqueológica de Palenque, haciéndose acreedor a un premio de mil pesos. La primera piedra del monumento fue colocada el 5 de mayo de 1878, pero en 1884 al fallecer el ingeniero Jiménez la conclusión quedó a cargo del ingeniero arquitecto del Palacio Nacional Ramón Agea.

El escultor principal fue Miguel Noreña auxiliado por su discípulo Jesús F. Contreras, quienes fueron responsables de esculpir y fundir la escultura de Cuauhtémoc representado en traje de guerra con su penacho de plumas como signo de su categoría; esperando al enemigo con su escudo y con una lanza, listo para el combate; asimismo son autores de las escenas en bronce que se encuentran en la base del monumento en donde se representan imágenes trascendentales de su vida: la entrevista con Cortés cuando estaba ya prisionero, y la de su tormento al quemarle los pies. Cabe mencionar que los leopardos que rodean la base del monumento custodiando las escalinatas fueron obra del escultor Epitacio Calvo y los 4 trofeos que adornan los costados del monumento fueron obra de Luis Paredes.
El conjunto escultórico se inauguró nueve años después el 21 de agosto de 1887, cuando era presidente era Manuel “el manco” González, quién develó la placa que se encuentra en su base piramidal:
“A la memoria de Quauhtemoc y de los guerreros que combatieron heroicamente por la defensa de su patria. Año de 1521”
La estatua ha “caminado” varias veces en la emblemática esquina de Paseo de la Reforma y Avenida de los Insurgentes; pues en 1949 se recorrió 100 metros al poniente con motivo del gran proyecto del famoso arquitecto Mario Pani, quién planeó ensanchar la glorieta hasta alcanzar los 400 metros de diámetro, creando una serie de vialidades, ornato y edificios a su alrededor que darían lugar a un complejo hotelero y financiero de primer orden. Este proyecto jamás se llevó a cabo y quedaron tan solo el “Hotel Plaza” sobre Insurgentes y Sullivan (el de forma semicircular) y el estacionamiento subterráneo del Monumento a la Madre.
Si se hubiese realizado ese proyecto tal vez no tendríamos problemas viales en la actualidad, pues la glorieta habría permanecido fuera del Eje de Insurgentes. Sin embargo, el regente Fernando Casas Alemán insistió en el peregrinaje del líder mexica y decidió mover la estatua y ponerla en la intersección de Reforma e Insurgentes, lo cual fue una solución equivocada pues desapareció la gran glorieta, quitaron toda la ornamentación y las bancas que rodeaban la estatua en esa época. Esta nueva ubicación fue polémica sobre todo por el conflicto vial que generaba esta rotonda, razón por la cual en el año 2004 se decidió regresarla a su sitio original para destrabar la intersección de tan importantes vías primarias de la Ciudad.
Actualmente en esta glorieta aún quedan viejos conocidos como la bella casa porfiriana del “University Club”, pero los alrededores han cambiado mucho, un ejemplo de ello fue la triste desaparición del “Hotel Continental” el cual fue muy afectado por el terremoto de 1985 y posteriormente derruido, en cuyo solar hoy se encuentra el jardín “Reyes Heroles” adjunto al edificio de la CFE, o por la llegada de nuevos rascacielos como el Reforma 222 o el aún en construcción Punta Reforma.

Lo cierto es que esta emblemática esquina, considerada por muchos uno de los cruces viales más importantes y bellos de la Ciudad de México, le da un rasgo distintivo a nuestra Colonia Juárez al conjugar el pasado y el futuro de esta zona tan dinámica y rica del DeFectuoso.  

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